martes, 17 de febrero de 2009

Barx



Es verdad aquello que dicen de que la música es alimento para el alma. En mi trabajo paso muchas horas sola, o bien en el taller, o bien en el coche conduciendo hacia el pueblo donde tengo que dar clase, y siempre escucho música. Y el problema es que enero ha sido un mes de sequía laboral y por tanto de sequía musical. Estaba mi espíritu algo revuelto y es ahora cuando comienzo, de nuevo, a viajar y, de nuevo, suena la música. Y de nuevo viajo, sí, como ya he dicho y, como no, a mi Barx querido.
Ya hace tres años que, cuando ya está llegando la primavera, me acerco a este pueblo a darles clases de cerámica. Son mujeres de La Safor, pero también hay inglesas que, a pesar de llevar más tiempo en España que en su propio país, no disparan una en español. Y fue a quí donde me solté con el valenciano y donde me entiendo con las demás en mi magnífico inglés (if, if, between, between!)

Las veo trabajar, muchas de ellas por primera vez, el barro y la verdad es que son una inspiración. Fue aquí donde surgió la idea de la serie Barx: vasijas construidas con las mismas técnicas que les enseño a ellas, técnicas tradicionales alternativas al torno, pero con gres y esmaltes de alta temperatura.

Y acaba la clase y arranco el coche: de vuelta a Bétera mientras comienza a anochecer. Y aún me da tiempo, a veces, de parar en el mirador "La Visteta". Y tengo todo el camino para alimentar mi espíritu, ¿qué más se puede pedir!

1 comentario:

  1. "La visteta" ¿es su nombre real?. La imagen sugiere la calma del final del día, la gente recogida y el descanso...no eterno.
    Espero verlo, de verdad, alguna vez.

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