martes, 29 de junio de 2010

Escuela pública

Siempre he apoyado la idea de que si una persona hace su trabajo bien, hay que hacerle saber de alguna manera que te gusta. Nos limitamos, normalmente, a criticar, indignarnos e incluso a denunciar un mal trabajo. Y no es que no debamos hacerlo (los que me conocéis sabéis que lucho hasta el final cuando veo algo incorrecto o injusto), pero el buen trabajo hay que admirarlo: siempre es constructivo.
Pues bien, todo ésto es porque el C.E.I.P. Lloma del Mas, ha conseguido admirarme una vez más con su trabajo y creo que es mi deber escribirlo aquí. La fiesta de fin de curso, consistió en una Passejada por todo el centro en la que nos invitaron a realizar diferentes actividades como tumbarnos en la sala de relajación donde la luz de unas velas, el olor a incienso y el sonido de un saxofón , unas flautas y palos de agua tocados por alumnos de primaria consiguieron su objetivo. O en el aula donde se nos permitió dibujar y escribir en paredes dejándonos llevar por la música, otra vez. O en el comedor donde disfrutamos de un menú de ritmos de cucharas y cacerolas que nos enseñaron a tocar los alumnos de música junto a su profesor. O en el patio, donde los profesores de gimnasia nos divirtieron con los ejercicios que diariamente y a lo largo del curso proponen a sus alumnos.
¿Qué voy a decir? El colegio estaba decorado con los trabajos que había realizado su alumnado a lo largo del curso, las actividades (siempre acompañadas de música) eran una muestra de lo que aprenden nuetros hijos en ese colegio y ese día no sólo nos lo mostraban, sino que nos permitían disfrutarlo con ellos.
¿Quién dice que la escuela pública está acabada? Este equipo de docentes es muestra de que los recursos didácticos no son siempre materiales. Con buenas ideas y unas cucharas de metal nos mostraron una clase de música; con buenas ideas y las tumbonas de infantil nos relajaron por unos minutos; con buenas ideas y unos bancos, nos metieron en una barca y nos hicieron remar hasta Ítaca... con buenas ideas...
¡Enhorabuena! Ese día disfruté, os admiré y sobre todo, sobre todo, me divertí mucho junto a Oto y sus amigos...

sábado, 19 de junio de 2010

Saramago













Llevo un buen rato pensando qué escribir para hacer un homenaje pequeño y particular a José Saramago y llevo un buen rato borrando lo que había escrito. Así que he preferido copiar (que Dios y la SGAE me perdonen) el párrafo de toda su obra que más me gusta y más me define. Aquí os la dejo:


... son pocos los que saben de la existencia de un pequeño cerebro en cada uno de los dedos de la mano (...) si al cerebro de la cabeza se le ocurre la idea de una pintura o música, o escultura, o literatura, o muñeco de barro, lo que hace él es manifestar el deseo y después se queda a la espera, a ver lo que sucede (...) Nótese que, cuando nacemos, los dedos todavía no tienen cerebro, se van formando poco a poco con el paso del tiempo y el auxilio de lo que los ojos ven. El auxilio de los ojos es importante, tanto como el auxilio de lo que es visto por ellos. Por eso lo que los dedos siempre han hecho mejor es precisamente revelar lo oculto.

La Caverna