jueves, 16 de abril de 2009

Esos microinstantes...


¿No os ha pasado nunca que habéis tenido un momento, no, no llega, siquiera, a ser un momento; un instante de plenitud que podríamos asimilar en nuestra vida como un instante de felicidad?
He pasado dos semanas recluida en mí misma por algunos problemas físicos que me han impedido disfrutar de los conductores en mi vida hacia esos microinstantes: como siempre, la música como uno de los principales impulsores.
Es de noche, todos los deberes familiares acabados y antes de irme a la cama, me gusta buscar a mi hermano o a Javi, de la escuela de cerámica, en Facebook, a ver si hablamos un rato... Y al sonar las primeras notas de esa música antigua que no he podido escuchar estas semanas en la radio y que ahora recupero gracias a internet, un pinchazo en el estómago y un repentino, aunque fugaz, mareo. E imagino que será la liberación de endorfinas las que nos hace entender esta secuencia como algo agradable y recordarlo como "felicidad"...

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